Entrevista a Vicente Hernández
¿Cuándo y cómo fue tu primer contacto con el triatlón?
Desde que era pequeño veraneaba en El Médano y allí siempre se han organizado un triatlón y acuatlón con mucho ambiente que me gustaba ver como espectador. Yo practicaba natación y hubo un año en el que me animé a competir en el acuatlón de allí y a hacer la Toma de Tiempos que organizaba la Federación Española de Triatlón. Supe de ella por un compañero de entrenamiento de mi grupo de natación que también practicaba triatlón. Tenía unos diecisiete años cuando hice el acuatlón y dieciocho cuando la Toma de Tiempos.
Compites en las ITU World Series, donde sólo tienen cabida los mejores triatletas del mundo de corta distancia. ¿Cómo son esas carreras desde dentro? ¿Se nota el salto cualitativo de triatletas y organizadores?
Son carreras muy exigentes, con mucha tensión y donde los errores se pueden pagar muy caros. Por estos motivos son tan apasionantes, desde dentro incluso más. Tanto en organización como en el nivel de los triatletas hay un peldaño más que en el resto de pruebas del calendario internacional ITU. Sin duda, es muy emocionante poder competir en cualquiera de ellas.
¿Cuántas horas a la semana entrenas?
Varía el número en función del momento de la temporada pero, por norma general, entreno de tres a siete horas al día durante seis días a la semana. Luego, el séptimo día es de descanso activo con 1h de entrenamiento.
Dentro del alto nivel, ¿cómo consigues mantener la motivación para poder levantarte todos los días a entrenar y no quedarte en la cama recuperándote de la paliza del día anterior?
Creo que lo importante es tener un objetivo y el querer conseguirlo es lo que te hace sacar fuerzas y ganas cuando hay días o momentos de flaqueza. Lo que hay que tener claro es que nadie regala nada y que cuanto mejor trabajes más opciones tienes de conseguir lo que te propones.
¿Qué expedición o viaje es el que te trae mejores recuerdos?
La pretemporada y el comienzo de la temporada 2015 me traen muy buenos recuerdos. Fue mi salto al profesionalismo, con un grupo de trabajo de una calidad enorme, sin lesiones o dolores limitantes y con buenos resultados en carreras que me hacían especial ilusión. Ese año me uní al grupo de Javier Gómez Noya y Carlos Prieto, con pretemporada en Canarias y las primeras carreras fueron en Oriente Medio, Oceanía y África. Fueron meses muy buenos hasta que caí lesionado con una fractura por estrés y tuve que interrumpir mi temporada.
Fuiste olímpico en Río 2016, siendo imagino la mejor experiencia deportiva de tu vida ¿Cómo viviste los juegos desde dentro?
No fue mi mejor experiencia deportiva, pero sí muy especial. Fue un evento distinto, con una atención mediática distinta y con gran valor. Se me pasaron muy rápido, supongo que porque intentas estar lo más concentrado posible. Me gustó mucho el estar allí y sentir que todo el mundo buscaba dar su mejor versión. Es algo que me motiva mucho, verlo y sentirlo.
3 cosas que no te gustan de la vida de un triatleta profesional.
Que no me guste, creo que nada. Sería ideal poder tener más tiempo para uno mismo, más vida social y familiar, que estuviera mejor pagado y que no hubiera tanto postureo, pero entiendo que no todo es posible y que es un deporte sacrificado cuando se practica de forma profesional.
Desconozco si alguna vez has hecho un Ironman pero si no es así ¿Te planteas más pronto que tarde hacer uno? ¿Por cuál optarías, por el de Lanzarote?
No me planteo hacer un Ironman en la actualidad. Creo que antes tengo muchas etapas que quemar en distancias más cortas para luego afrontar la preparación de un Ironman. Mi cuerpo todavía no tolera la carga de entrenamiento que creo que es necesaria para hacer un buen resultado en esta distancia y participar por terminarlo no me motiva. Más adelante si que me gustaría, siempre que mi cuerpo me lo permita.
Personalmente con qué te quedarías más satisfecho, con un buen puesto pero sabiendo que no has podido exprimirte hasta la última gota en la competición o pasar por la línea de meta pensando: Lo he dado todo, mejor no podría haber quedado.
Creo que ambas cosas podrían ser muy positivas, pero satisfecho con ninguna. Si sé que no he podido exprimirme y no he ganado, me quedaría con sed de más. Si sé que lo he dado todo, me quedaría tranquilo. Creo que prefiero la primera sensación y el seguir trabajando por tener la esperanza de que puedo dar más.
El triatlón es un deporte minoritario, individual y que exige muchas horas de entrenamiento, ¿con qué dificultades te has encontrado a lo largo de tu trayectoria para poder vivir de este deporte?
Al ser minoritario, es un deporte en el que cuando las cosas van bien, todo el mundo se sube al carro, pero cuando van mal, corres el riesgo de caer al vacío y que tu único apoyo sea tu círculo cercano. Si quieres rendir al máximo nivel mundial, requiere dedicación total y es indispensable contar con instituciones, patrocinadores y personas que entiendan esto y quieran apostar por ti y crecer contigo. Creo que hoy en día, esto es lo más difícil de encontrar: ganas de construir a medio y largo plazo. Yo, por suerte, he conseguido llegar a dedicarme a esto y, aunque no siempre me he cruzado con gente que entendiese este funcionamiento, creo que sí que he dado con otras personas con ganas de trabajar, implicarse y buscar un beneficio mutuo creando un proyecto conmigo.
¿Cuáles son los proyectos deportivos que te gustaría hacer después de dejar el triatlón?
Me gustaría poder transmitir todo lo que he aprendido y siga aprendiendo en cuanto a entrenamiento. Ayudar a desarrollar el triatlón y a los triatletas. Creo que hay mucho trabajo por hacer y me parece ilusionante. No sé si será mi hobby o mi actividad principal pero siempre estaré ligado al deporte y no solo el triatlón.
¿Un triatleta y una triatleta profesional al que más admires y por qué?
Javier Gómez Noya, porque he tenido la suerte de poder ver su trabajo y actitud diaria, además de sus éxitos y, sin duda, lo que más me sorprende es lo primero. Mucha gente que lo pudiera ver cambiaría sus umbrales y conceptos relacionados con esfuerzo y sacrificio. Como triatleta femenina, Tamara Gómez Garrido. Ella es un ejemplo de luchar contra todo pronóstico, de reinventarse, de empezar de cero y querer lo más alto. La admiro mucho y me ha enseñado mucho también.
No sé si has oído hablar de la carrera La Espíritu Triabona donde contamos con uno de los pocos circuitos homologados en la distancia de 10 km por la RFEA ¿Habría posibilidad de verte algún año volar en Granadilla?
Tengo un calendario bastante exigente como triatleta y actualmente es mi prioridad, pero si alguna temporada pudiese encajar dentro de mi planificación, no tendría ningún problema.
¿Qué le pides a la vida Vicente?
Salud.