Entrevista a Covadonga Mateos Padorno
¿Cuándo comenzó a practicar atletismo? ¿Desde sus inicios la altura fue su disciplina favorita?
Comencé en el colegio Teresiano tras un examen que consistía en realizar unas pruebas físicas y otras técnicas. Yo era nueva y me puse muy nerviosa cuando una amiga me indicó que había que saltar altura para un examen de Educación Física, ya que no lo había hecho nunca. Aunque no me lo esperaba, fui la que más salté.
Evidentemente, fue mi deporte favorito, En esa época tampoco había muchas posibilidades de probar en otros deportes.
Covadonga Mateos obtuvo la 4ª posición en los Campeonatos del Mundo Escolar en Italia en 1981 ¿Marcaría un antes y un después está competición en su vida deportiva? ¿Ya tenía claro y decidido que podría llegar muy alto en el salto de altura?
Efectivamente, me marcó para tomármelo en serio por varios motivos: era la primera vez que viajaba sola y fuera de España lo que me hizo sentir especial. Estaba en 3º de B.U.P. (Equivalente a 4º ESO). Al quedar cuarta del mundo, lloviendo como nunca había visto, fue muy motivante e inesperado tanto para mí, como para el seleccionador. Respecto a si llegaría alto, solo puedo decir que realmente es muy difícil, creo que nadie lo sabe nunca a ciencia cierta, a no ser que haya pasado por esto. La verdad es que no tenía nada claro y mucho menos lo que estaba por llegar, al no tener ningún referente.
Cuenta con cinco títulos como Campeona de España en Salto de Altura y Récord de España en Pista Cubierta desde el año 1983 al año 1992 ¿El de 1986 podríamos decir que fue el que le hizo mayor ilusión de todos por ser el primero?
No, el primero fue en el año 1981, fui dos veces (indoor y al aire libre) campeona de España junior. Y sí, hacer récord de España de pista cubierta fue especial e indescriptible porque lo logré durante el Campeonato Nacional del año 1986 con una marca de 1.86 cm. También lo fue ganar en un encuentro internacional contra el Reino Unido con 1.84 cm en el año 1984.
Hubo otro momento significativo: mi primer título como Campeona de España en el año 1983 lo conseguí tras 11 intentos de desempate con la que fuera la saltadora con más títulos de campeona de España hasta ese momento. Yo era desconocida y todo el público en las gradas la animaba a ella. Considero que tuve un aguante espectacular.
En 1986 también obtuvo la novena posición en el Campeonato de Europa de Atletismo de pista cubierta ¿Cree que ese fue su mejor año?
Ciertamente, ha sido mi mejor actuación internacional, teniendo en cuenta las pocas competiciones que se celebraban en esa época. En dicho Campeonato, realicé la misma marca que obtuvo la atleta que alcanzó la séptima posición, pero por nulos me situé en la novena plaza. El hecho de competir en un Campeonato de Europa de tanto nivel con tres alemanas democráticas al frente, entre otras, y ser la primera mujer española en intentar saltar un listón colocado a 1.90 cm, durante dicho evento, fue gratificante. En la competición me encontré sola sin el asesoramiento de mi entrenador, puesto que la noche anterior le había llamado para comunicarle que tenía molestias en la zona lumbar y cortarme el teléfono por no creerme. Además, tenía miedo por correr el riesgo de hacerme más daño.
Si no me equivoco vistió la elástica de España en varias ocasiones, concretamente 15 veces Internacional con el equipo Nacional Absoluto de Atletismo ¿recuerda la primera vez que fue convocada?
Si, fue para la Westahletic junior y me hizo mucha ilusión porque coincidía con una prima mía que fue convocada para correr en la prueba de 800 metros, Patricia Padorno.
Profesora Titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y Doctora en Educación Física por la misma Universidad desde 2003. ¿El atletismo de alto rendimiento le ha ayudado a ser tan disciplinada y constante en sus estudios?
Sí, el atletismo enseña mucha disciplina. Podría decir que demasiada, además de hacerme muy exigente conmigo misma.
¿Sigue saltando como deportista veterana?
No, sólo competí dos años como veterana. Además, yo aprovechaba para investigar cuestiones que me interesaban de cara a mis clases en la universidad. Sin embargo, durante una clase práctica me rompí el menisco haciendo demostraciones para mis alumnos. Aunque seguí compitiendo para mi club, ya no pude seguir el ritmo de competición de alto nivel porque el tiempo de preparación para evitar lesiones, y además, poder compatibilizarlo con la familia y con la docencia en la universidad requería un sobre esfuerzo.
¿El CAI ha sido y sigue siendo su equipo en la actualidad?
Sí, el CAI fue mi club, pero cuando vivía en la Blume me aconsejaron fichar por el club madrileño con el que conseguimos 10 títulos de Campeonas Nacionales de forma consecutiva en la Liga española y, por lo tanto, competimos en Europa.
Yo me retiré en el año 1992 después de no poder ir a los JJ.OO. de Barcelona quedando a dos centímetros de la mínima exigida por la RFEA. Sin embargo, el club CAI en el año 1997 contactó conmigo para volver a competir en la Liga Nacional durante aproximadamente una década más.
¿Cómo llevó Ud. estar becada en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid como deportista de élite por la Real Federación Española de Atletismo desde 1983-1987 y estar alejada de su familia durante tantos años siendo tan joven?
La verdad que bien, si no lo piensas mucho ni te das cuenta. Yo era feliz haciendo lo que más me gustaba y estudiando en el INEF, no podía pedir nada más.
Efectivamente, la familia estaba lejos y mi padre acababa de morir. Además de la soledad, los duros entrenamientos, sin fisioterapia y sin ninguna ayuda como puede haberla hoy,… Aprendí muchísimo, eso seguro, pero no podías quejarte porque nuestra presencia como mujeres en la Residencia Blume era casi un atrevimiento y casi anecdótico. Afortunadamente, ahora todo ha cambiado para bien.
Ha participado en múltiples publicaciones y en 12 proyectos de investigación y eso sin contar el casi medio centenar de charlas en diversos Congresos ¿De dónde saca el tiempo?
En 27 años, no es tanto, lo he hecho poco a poco, incluso creo que podía haber hecho más, pero estoy satisfecha porque lo he conseguido sin doblegarme ante nadie. Al ser de un deporte individual repites los mismos patrones que combino con mi vida laboral, no obstante, reconozco que se trabaja mejor en equipo.
Nunca me han regalado nada, ser deportista es un privilegio sobre todo para ganar resiliencia y fortaleza para superar cualquier adversidad.
¿Que se le pasó por la cabeza a Covadonga Mateos cuando vio a la gran Ruth Beitia conseguir el oro en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro?
Sentí que detrás de esa medalla ha habido muchísima gente empujando, para que un día el atletismo español recogiera los frutos que el propio deporte y muchos entrenadores se merecían. También, inmensa alegría por ella y satisfacción al ser mi prueba.
¿En la actualidad sigue dirigiendo el Centro de Estudios Olímpicos?
No, he sido sustituida por el equipo directivo de la facultad.
En 1981 fue elegida la mejor deportista de Canarias ¿Cómo y por quien se enteró de esta distinción?
No lo recuerdo, creo que me lo comunicó el que era mi entrenador en aquel momento, Fernando Jiménez Mateo.
Para ir concluyendo, ¿Cómo ve el futuro de nuestro deporte?
Creo que es bueno, aunque los jóvenes tengan más ofertas de otros deportes emergentes u otras formas de ocio.
Sin embargo, los que deciden elegirlo saben a qué atenerse y son muy consistentes y decididos con sus objetivos.